El Zwinger. Foto: Stephan Czuratis
Dresde,
la “Florencia del Elba” por su elevado nivel cultural, monumental y artístico, es
una de las capitales mundiales del barroco y una de las más bellas ciudades
alemanas y también europeas. Además de su belleza, es también conocida por el
terrible bombardeo que padeció a principios de 1945, cerca ya del fin de la Segunda
Guerra Mundial.
Frauenkirche. Cuadro de Canaletto
La ciudad desde el ayuntamiento tras el bombardeo de 1945 . Deutsche Fotothek Dresden
La ”Florencia del Elba”
Dresde con cerca de 600 000 habitantes y capital del estado de Sajonia, fue ciudad de
la República Democrática Alemana desde 1949 hasta la caída del muro y la
liberación y unificación del país en 1989, integrándose en la República Federal
Alemana.
Panorámica: el Zwinger a la izquierda y detrás la ópera; a la derecha el castillo y la Hofkirche. Foto: Henry Mühlpfordt
En lo
personal, mi fascinación por esta ciudad viene desde la niñez, cuando leía en mi
casa el libro “Maravillas del mundo” del Círculo de Lectores, uno de cuyos
capítulos se dedicaba a la “joya barroca”, especialmente al extraordinario
palacete Zwinger, símbolo de la “Florencia del Elba”. Desde entonces quise
conocer esta ciudad y aunque la he visitado dos veces, sigo deseando volver
para conocer más de cerca su historia apasionante y sus muchos tesoros.
Puerta real del Zwinger. Foto: Dirgela
El puente de Augusto y la ciudad vieja. Foto: Biblioteca del Congreso de los EE.UU.
La Hofkirche. Foto: Ingersoll
En la orilla de la Altstadt, la terraza de Brühl, conjunto arquitectónico y turístico, escaparate de la ciudad. Al final del puente se accede a la plaza del Castillo, con castillo y la catedral católica barroca de la Santísima Trinidad, Hofkirche. A la derecha, la plaza del Teatro, con la ópera Semper de 1841, así llamada en honor del arquitecto Gottfried Semper. Tras la plaza se halla el más importante y bello conjunto de la ciudad, el palacio Zwinger, obra cumbre del barroco, terminado en 1728 bajo la dirección de los arquitectos Mathäeus Daniel Pöppelmann y Balthasar Permoser.
Terraza de Brühl a orillas del Elba. Foto: Bgabel
Plaza del Teatro y ópera Semper. Foto: Bananenfalter
"Pabellón de la ciudad" del Zwinger. Foto: Adornix
El mural “Desfile de los Príncipes”. Foto: Kora27
Frauenkirche tras el bombardeo. Foto: Bundesarchiv_
Frauenkirche en la actualidad. Foto:Uwe Aranas
La Dresde ferroviaria
Una excelente
puerta de entrada a la ciudad es el ferrocarril, con su monumental Hauptbanhhof
(estación principal), inaugurada en 1898 por el rey de Sajonia, Alberto I.
Estación principal. 2008. Foto: Sven Mildner
La estación
es característica por su disposición doble, estación terminal en la parte
inferior y pasante en el nivel superior, a ambos lados de la parte terminal. La
construcción comenzó en 1892, sobre la antigua Böhmischer Bahnhof (estación
de Bohemia).
Estación. Principios del siglo XX. Foto: Biblioteca del Congreso de los EE.UU.
Estación en 1930. Autor desconocido
Fue
gravemente dañada por los bombardeos de 1945 y comenzada a reconstruir el mismo
año por la administración ferroviaria de Alemania oriental, Deutsche Reichsbahn
(DR). En 1978 fue declarada patrimonio artístico nacional.
Las
obras de reforma en profundidad se iniciaron en 2000, siendo la obra más
importante la rehabilitación de la cúpula de 34 metros de altura en el punto en
que se cruzan los vestíbulos, con la cubierta translúcida, diseñada por Norman
Foster, que deja pasar la luz por el día y refleja la luz del vestíbulo por la
noche.
Fue
inaugurada de nuevo el 10 de noviembre de 2006, año del 800 centenario de la fundación
de la ciudad.
Estación principal. 2014. Foto: Luis Rentero
Vestíbulo de la estación principal. 2011
Alegoría de Sajonia en la estación principal. Foto: User Marilyn Monroe
Eurocity "Alois Negrelli" Praga-Szcezcin en Dresde HBF. 2011
Además
de la principal, cuenta con varias estaciones secundarias que permiten moverse
fácilmente en la ciudad y la región. Tras la estación principal, la más
importante es Neustadt, también interesante arquitectónicamente.
En el
trayecto entre las dos estaciones principales, camino de Berlín, se ve una
estampa muy conocida de la ciudad: Yenidze,
antigua fábrica de tabaco con aspecto de mezquita, reconvertida en restaurante y atracción
turística.
Estación de Neustadt. Foto: Guido Radig
Parte terminal de la estación. 2011
Viajar a Dresde
Dresden
es una ciudad muy bien comunicada, con aeropuerto internacional, puerto fluvial
y, por supuesto, importante nudo ferroviario en el corredor del Elba,
Praga-Berlín-Hamburgo.
ICE Dresde-Wiesbaden. 2011
Los servicios ferroviarios permiten llegar muy
fácilmente a otras ciudades como Leipzig (a 120 kilómetros) y Berlín (100 kilómetros),
con trenes ICE, Intercity/Eurocity; Praga (120 kilómetros) con trenes Eurocity
cada 2 horas; la frontera con la República Checa a 50 kilómetros y con Polonia a
100.
Panorama. Foto: Hullbr3ach
Además,
en la periferia de la capital sajona, merecen una visita, Meissen, a 25 kilómetros
al norte, capital mundial de la porcelana, y, el imponente conjunto rocoso del
Bastei con sus caprichosas formas y construcciones, a 45 kilómetros al sur, en
la “Suiza sajona”.
Panorama de Meissen. Foto: Mia
Puente del Bastei. Foto: Thomas Wolf
Es
Dresden, un destino sorprendente, accesible y de gran interés que merece ser
conocido y visitado.
Buena reseña y bellas fotos de la ciudad de Dresde.
ReplyDeleteQuizás alguna foto de la Dresde "DDR", aunque fuese menos bella, habría completado el panorama...
Un gran trabajo, como nos tiene acostumbrados.
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