Hay muchas bellas estaciones, pero una de las pocas que aparecen en cualquier clasificación es la monumental estación central de Amberes, referencia internacional de la arquitectura ferroviaria.
Llegada del
ferrocarril a Amberes
La primera estación de Amberes, llamada "Borgerhout", fue
puesta en servicio el 3 de mayo de 1836 por la compañía de los Ferrocarriles
del Estado belga, al abrirse el mismo año 1836 el tramo Malinas-Amberes,
segundo tramo abierto en Bélgica tras la apertura del primero, entre Bruselas y
Malinas en 1835. La estación de
"Borgerhout", era un pequeño embarcadero de madera, claramente
provisional,
al lado de la actual estación. En 1854, con la llegada del ferrocarril a la
frontera holandesa, explotado por la compañía del ferrocarril Amberes-Rotterdam
se construyó una segunda estación de esta compañía, conectada con la primera
estación. Ese mismo año 1854 el ayuntamiento decidió la construcción de una
nueva estación “de calidad” que unificara las dos existentes. La nueva estación
del Este fue abierta a principios de 1855. Aunque también de madera, era de
mayores dimensiones y calidad, capaz de albergar el creciente tráfico en su
edificio principal de 100 metros de largo, 10 de ancho y 18 de alto.
Aunque
fue útil un tiempo, pronto resultó nuevamente insuficiente ante el crecimiento
de la ciudad y del tráfico ferroviario. Desde 1880 el ayuntamiento solicitó repetidamente
la construcción de una estación moderna y “respetable”, para lo que se
presentaron varios proyectos hasta que, en 1891 el parlamento aprobó la
construcción y emplazamiento de la nueva estación central.
La estación central de
Amberes
La nueva estación se sitúa en la misma zona que las anteriores, pero en un solar mucho más grande, entre el zoo y el “Barrio de los diamantes”, en torno a la calle Vestingstraat. En una primera fase, el ingeniero Clément Van Bogaert construyó la estructura para alojar las vías y andenes cubiertas por la marquesina de hierro, cristal y, de forma novedosa de hormigón, utilizado por vez primera en Bélgica para soportar los grandes arcos que soportan la marquesina.
Esta estructura se apoya en un viaducto que mantiene las vías elevadas en su acceso a la estación obra del arquitecto Jan van Asperen, y albergaba diez vías con una longitud de 186 metros de largo, 66 de ancho y 44 de altura.
El proyecto
fue aprobado en 1889 y la estructura construida entre 1895 y 1898. Las
dimensiones dan idea de lo imponente de la estructura construida, a pesar de su
propósito solo funcional, para mejorar las operaciones ferroviarias y la mejor
dispersión del humo de las locomotoras. Esta primera parte de la estación
central fue inaugurada en una gran ceremonia el 15 de julio de 1898.
Pero, además de esta estructura para alojar las vías, había de construirse un edificio principal conectado, para cuya construcción el gobierno eligió inicialmente al arquitecto Ernest Dieltjens, aunque su proyecto no fue finalmente seleccionado. Fue sustituido por el arquitecto Joseph Jean Baptiste Delacenserie, nacido en Brujas en 1838, probablemente tras petición expresa del rey Leopoldo II, con el objetivo de erigir una estación grandiosa de arquitectura y decoración deslumbrantes, con materiales de la mejor calidad; un monumento, en suma, que diera prestigio a la ciudad.
Delacenserie, reputado arquitecto protagonista de la renovación de la
arquitectura flamenca y belga del siglo XIX y por su abundante obra, tanto
edificios de nueva planta como restauraciones, entre ellas la de la recreación
de la Brujas medieval en el último cuarto del siglo XIX, como por su obra nueva
entre las que destacan la iglesia neogótica de San Pedro y San
Pablo en Ostende y, sobre todo, la estación de Amberes, probablemente
su obra cumbre.
La construcción de la nueva estación central de Amberes, llamada "Spoorwegkathedraal" (“Catedral del ferrocarril”) y también en los primeros años “Middenstatie”, tuvo lugar entre 1899 y 1905, concluyéndose solo cuatro años después de la muerte del arquitecto.
Para su construcción y dada la
magnificencia deseada, Delacenserie se inspiró principalmente en dos obras, la
estación de Lucerna como modelo en su mezcla de lo monumental y lo funcional y
el Panteón de Agripa en Roma, como expresión clásica de monumentalidad y
solidez, particularmente en los espacios interiores.
Como en la mayor parte de las estaciones monumentales, es de estilo ecléctico, incluyendo elementos clásicos, renacentistas y barrocos, además de otros más modernos, patentes en el abundante uso de ornamentación, de colores y materiales, característico del art Nouveau, corriente artística entre los siglos XIX y XX con especial implantación en Bélgica y los Países Bajos.
El
edificio está construido en piedra y hormigón y cubierto, rematado con la gran
cúpula de 75 metros de altura, sobre la sala de espera, en la que se encuentra la
gran escalera de mármol desde la que se accede al vestíbulo, a las taquillas, a
los restaurantes y a los andenes.
Exteriormente recuerdan a los palacios italianos renacentistas, con sus
cinco plantas distribuidas en tres partes y las ocho torres. Como elementos
constructivos, además del hormigón, se utilizaron veinte tipos diferentes de
piedra y mármol belgas.
Como elementos decorativos, destacan los relojes, especialmente en la
parte superior de la gran escalera, junto a numerosos emblemas de la monarquía
belga y del rey Leopoldo y también abundantes esculturas con alegorías de los
valores modernos: una colmena, símbolos de la navegación, el puerto, el
comercio, la industria...
La nueva estación, con la entrada principal por la plaza de la reina Astrid (Koningin Astridplein) fue inaugurada por el rey Leopoldo el 11 de agosto de 1905, aunque con menor ceremonia que en la apertura de la primera parte de la estación en 1898, denominándose oficialmente por iniciativa del consistorio Amberes Central, desde entonces uno de los monumentos más espectaculares de Bélgica y una de las estaciones ferroviarias más hermosas del mundo.
Las reformas del siglo
XX
En 1934-1935, la estación se modificó en profundidad por primera vez.
Tras la electrificación de la línea Bruselas-Amberes se recrecieron los andenes
46 centímetros. Durante la Segunda Guerra Mundial, el edificio sufrió daños,
particularmente entre noviembre de 1944 y febrero de 1945, cuando sobre Amberes
cayeron más de 1500 mísiles balísticos alemanes V1 y V2, unos pocos de los cuales
impactaron en la estación, causando importantes daños sobre todo en la
marquesina, además del vestíbulo, los cristales y muchos elementos decorativos,
aunque sin destruir la estructura del edificio. Del impacto del bombardeo queda
aún huella en una deformación en la cubierta del vestíbulo.
Con tales daños y el deterioro de varios decenios en activo con un
tráfico muy intenso, a mediados del siglo XX, se valoró su demolición si no era
rehabilitada, especialmente la marquesina. Por ello, en marzo de 1975, las
autoridades belgas decidieron clasificar la estación como monumento histórico
(en 1976 se incluyó también la marquesina histórica), lo que eliminaba la
posibilidad de la demolición.
En 1981 los ferrocarriles belgas (SNCB/NMBS) constituyeron una comisión para examinar los aspectos técnicos y financieros de la restauración, dado el mal estado en que se encontraba el edificio que obligó incluso a vallar parte de la estación. Esta comisión alumbró un proyecto de restauración integral que concluyó en 1986. Las fachadas exteriores fueron restauradas y consolidadas, las interiores se limpiaron, las partes pintadas fueron saneadas y fueron pintadas las partes metálicas de la marquesina, entre otras acciones.
La gran reforma del
nuevo milenio
En los años noventa fue aprobado el más ambicioso plan de reconstrucción de su historia, con la rehabilitación de la estación y la excavación del túnel urbano de 3,8 kilómetros bajo la estación conectando Amberes-Berchem, al sur y Amberes-Dam, al norte.
Este túnel, cuya construcción empezó en 1998, supondría
la transformación de la estación terminal original en una estación pasante,
permitiendo la circulación de trenes más allá de Amberes sin necesidad de
maniobras de inversión de marcha, optimizando el uso de la estación y mejorando
los tiempos de viaje, especialmente de los trenes de alta velocidad Thalys,
París-Amsterdam, en servicio desde diciembre de 1997, y los Intercity (IC)
Bruselas-Amsterdam, además de algunas relaciones internas belgas. Con la
construcción del túnel, se ampliaron el número de vías con dos nuevas plantas
bajo el nivel principal, contando con luz directa desde el andén
histórico.
En cuanto a la estación fue rehabilitada integralmente, tanto el edificio
principal como la marquesina, bajo la dirección del arquitecto del holding EuroStation/SNCB
Jacques Voncke, quien calificó la estación de “minimalista con mucha grandeza”,
optando deliberadamente por una arquitectura "no demasiado tecnológica
para evitar una tensión con el monumento existente”.
Además de la meticulosa restauración de las partes y elementos
históricos, se ampliaron y reorganizaron todos sus espacios para hacer de la
estación un verdadero eje urbano de Amberes. Se añadieron cuarenta y cuatro espacios
comerciales; un nuevo acceso urbano al este por la plaza Kievitplein; un acceso
directo al metro y la ampliación del número de aparcamientos para coches y
bicicletas.
El 23 de marzo de 2007 fue puesto en servicio el nivel -2, comenzando a
circular directamente los Thalys París-Amsterdam y el 6 de diciembre el nivel -1
con vías terminales, aumentando la capacidad de la estación. Finalmente, a la
completa conclusión de todos los trabajos, el conjunto de la estación central
fue inaugurado el 25 de septiembre de 2009.
El conjunto de la obra de restauración y de ampliación subterránea recibió el premio European Union Prize for Culture Heritage de Europa Nostra, galardón de la UE para el patrimonio cultural extraordinario, elogiando el excelente cambio de estación terminal a estación pasante, así como la reconstrucción del edificio histórico.
Además, entre otras muchas menciones a su monumentalidad y belleza, en 2009, la revista Newsweek consideró a la estación la cuarta mejor del mundo y en 2014, fue premiada por la revista Mashable como la más bonita del mundo.
Configuración de la
estación
La estación central es obra cumbre por su belleza y monumentalidad pero también
es ejemplo exitoso en la integración de las funciones propiamente ferroviarias en
un edificio histórico, conjugando en el mismo espacio los edificios históricos
con nuevo espacios adecuados a las necesidades contemporáneas.
Actualmente, con la construcción del nuevo túnel, la estación tiene ahora cuatro plantas y 14 vías, 10 de ellas terminales y 4 pasantes, distribuidas en 3 niveles. El uso de las plantas es el siguiente:
- Nivel +1: el de la estación original, con 6 vías terminales con toperas, numeradas de la 1 a la 6 en 4 andenes. Las vías y andenes están distribuidos en dos partes, lado este las vías 1 a 3 y, lado oeste las vías 4 a 6. Los dos lados están separados por un amplio espacio abierto por el que la luz llega al nivel -2 y que antes de la última reforma estaba ocupado por vías.
- Nivel -1: 7 metros bajo el nivel de la calle. Dispone de 4 vías terminales con toperas, con 2 andenes. Cada para de vías están separadas por un espacio central abierto, como en el nivel +1. Las vías 11 y 12 están en el lado este y las vías 13 y 14 en el oeste.
- Nivel -2: 18 metros bajo el nivel de la calle. Dispone de 4 vías pasantes con 2 andenes. Las vías 21 y 22 están en el lado este y las vías 23 y 24 en el oeste, aunque ocupando ya el espacio central iluminado desde arriba, al ser el último nivel de la estación.
Unidad eléctrica AM75 en la vía 23 del nivel -2, 2009. T Haylen. Colección Werner Brutzer
Como ir
Abundante información en la entrada de este blog “Viajar
en Bélgica”.
Amberes dispone de aeropuerto, pero es pequeño y de pista muy costa; solo ofrece vuelos de temporada a destinos vacacionales, incluyendo algunos españoles. En tren, desde Bruselas hay cuatro trenes IC cadenciados cada hora que invierten poco más de 30 minutos. Desde Charleroi 2 IC cada hora invirtiendo 1h y cuarto.
Locomotora 186-111 con un IC Amsterdam-Bruselas en la vía 22 del nivel -2, 2009. T Haylen. Colección Werner Brutzer
Para llegar a distintos destinos de los Países Bajos, 16 trenes IC Amsterdam-Bruselas
con frecuencia horaria y paradas en Noordenkempen, Breda, Rotterdam y aeropuerto
de Amsterdam-Schiphol, con una duración de 1h 48 minutos entre Amberes y Amsterdam.
Además 14 trenes Thalys a Amsterdam, con paradas en Rotterdam y el aeropuerto
de Schiphol (1h 14) y 11 Thalys a París (2h 2).
IC Amberes-Luchtbal-Charleroi en la vía 23 del nivel -2, 2022
Una ciudad, Amberes, que vale la pena por si misma con su estación central
de gran atractivo arquitectónico, histórico, artístico y ferroviario y muy
cerca de otros destinos de interés en Francia, Bélgica y Países Bajos, una visita
que no defrauda.
Magnifica entrada, Alfonso. Sin duda la espectacular estación de Amberes la merece. Aunque costosa y perturbadora, su conversión en estación pasante ha sido, creo, muy importante para adecuar su funcionalidad a las necesidades actuales y previsibles en un largo plazo.
ReplyDeleteCompletísimo y enriquecedor artículo.
ReplyDeleteMuchas gracias Alfonso
Muy buen post, riguroso y entretenido como siempre. Enhorabuena!
ReplyDeleteMuy buena entrada Alfonso y si es toda una catedral del ferrocarril, precioso edificio, me ha gustado mucho la publicación, como siempre con todo detalle a lo que nos tienes acostumbrados.
ReplyDeleteEnhorabuena, gracias