Catedral de santa Isabel. Kosice
Viene de la parte IV
Tras un corto viaje entre Miskolc y Kosice, comienzo en esta ciudad del
este de Eslovaquia una pequeña travesía que me llevará en algunas horas al
extremo occidental del país y a Olomuc en la parte este de la República Checa,
con escalas voluntarias en Poprad-Tatry y Zilina.
De nuevo el mapa de la escapada para una mejor comprensión
Teatro de Kosice
Kosice (léase Kósiche) es una ciudad antigua y distinguida y ahora la segunda de Eslovaquia tras la capital, Bratislava. Kassa en húngaro y Kaschau en alemán son los nombres de la ciudad que pueden escucharse y leerse más frecuentemente que en otros países. Este hecho ya revela parte de su carácter de ciudad muy internacional y encrucijada histórica. Como es frecuente en aquella parte de Europa, sobre todo en la primera mitad del siglo XX las fronteras cambiaron con frecuencia y muchas personas nacieron en un país que después dejó de existir o que pasó a ser de otro o, personas de una nacionalidad que pasaron a ser apátridas en lo que fue su patria.
Estación de Kosice y el omnipresente tranvía
Un caso entre muchos es el de Sándor Márai, gran escritor
húngaro, nacido en Kosice en el periodo de entreguerras mundiales. No me resisto
tampoco a recomendar un extraordinario libro, imprescindible para entender que ocurrió
tras la segunda guerra mundial, en cuanto al movimiento de fronteras y personas
con verdaderos tragedias e injusticias, muy poco conocidas e incluso ocultadas.
Es Tierras de sangre de Timothy Snyder.
Catedral de santa Isabel. Kosice
De vuelta a Kosice, aunque su anodina estación no anuncia nada
extraordinario, no hay que dejarse engañar por la primera impresión pues ya en
el corto camino al centro histórico se sucede una ciudad muy interesante que culmina
en su extraordinaria plaza principal , más bien una avenida de forma curiosa.
Normalmente los monumentos en las plazas ocupan su lugar en la periferia y en
los extremos pero no es así en Kosice, en donde, entre otros monumentos
menores, la posición central la ocupan, el teatro, la torre y, sobre todo, la
hermosa catedral gótica de santa Isabel, que recuerda a la de san Esteban en
Viena y otras alemanas.
El rápido de Bratislava en Kosice
Tras la visita urbana y artística tomo el tren que me llevará a la República
Checa pero deteniéndome primero en Poprad-Tatry, más que por la ciudad, que no
llego a visitar como por ser el punto de partida hacia los montes Tatra, a
menos de 20 kilómetros al norte, en la frontera con Polonia.
Montes Tatra desde Poprad-Tatry
En esta estación,
además de los trenes de la línea principal de Kosice a Bratislava y República
Checa salen otros dos ramales, uno de vía estrecha y otro de ancha a distintos
lugares de los Tatra. Viendo estos trenes propios de excitantes aventuras ferroviarias
y la belleza extraordinaria de la cordillera maldigo no poder llegar hasta la
montaña y me emplazo firmemente a hacerlo no tardando mucho.
El tren de vía estrecha a los montes Tatra. Estación de Poprad-Tatry
Esta misión de reconocimiento en Poprad-Tatry continúa hasta la siguiente
escala, Zilina, una ciudad que recuerda a nuestra Miranda de Ebro, por ser un
importante nudo ferroviario. Poprad Tatry es la puerta entrada montes a los
Tatra que son, en realidad las estribaciones más septentrionales de los
Cárpatos. A su vez los Tatra tienen dos partes, oriental y occidental, siempre
marcando al norte la frontera polaco-eslovaca. Además, aunque no pertenecen a
la misma cadena, al sur se hallan los Bajos Tatra. Así, la por fuerza escarpada
y sinuosa línea ferroviaria discurre entre las dos formaciones montañosas, rodeada
de pastos muy verdes y, sobre todo, de bosques frondosos, en varias zonas que
son parques nacionales.
Montes Tatra desde el tren camino de Zilina
Con tales características no puede sorprender que esta línea se pueda
incluir en las de primera categoría europea.
Por si fuera poco los trenes “Rychlik” (rápido) e intercity que tomo,
cuentan con coche restaurante. Comer en coche restaurante es una gran experiencia,
incluso para los que tenemos la suerte de haberlo hecha bastantes veces.
El coche restaurante eslovaco en Kosice
Se
podría decir que no tiene precio, pero en realidad, en muchos sitios,
concretamente en países como Eslovaquia sí tiene precio, un precio muy
reducido, no sólo por la comida en si, sino por comer en el tren y, más aún,
con los montes Tatra de acompañantes. El precio no es reducido figuradamente sino
realmente bajo pues comí por unos 11€, una especie de plato combinado: estofado
de ternera (estilo goulash húngaro) con salsa, “Knedliki” (rebanadas de pan
tierno con la salsa), ya citadas en una entrada anterior, típicas de la República
Checa y de Eslovaquia, con canónigos, té helado y una porción de tarta de miel.
Mi menú en el coche restaurante
Llegado a Zilina, unos poco minutos de trasiego entre vías y trenes para
tomar otro tren, checo a Olomuc que circula por la tercera región histórica
checa, Silesia y su capital Ostrava. En el paso por la región aún se aprecia
perfectamente se carácter minero e industrial, aun muy disminuido.
Olomouc, capital de la región homónima, cuenta con un magnífico centro histórico, muy agradable para
pasear y admirarse ante la nueva catedral
neogótica –siglo XX- de san Wenceslao y, muy especialmente ante la plaza de la
república, en la que se encuentra el monumental ayuntamiento y otros edificios
civiles, en una estructura que recuerda a la ciudades belgas y francesas del
norte. En la misma plaza se encuentra también un monumento religioso de importancia:
la columna de la Santísima Trinidad, un tipo de monumento frecuente en esas
tierras pero de gran valor en Olomouc, no en vano está declarado patrimonio de
la humanidad.
Plaza de la República y la columna de la Santísima Trinidad en Olomouc
Y aún me falta un monumento no especialmente valioso en lo arquitectónico
y artístico pero que me parece muy oportuno para reflexionar sobre Europa y su historia
contemporánea: el mausoleo de los soldados yugoslavos caídos en la Gran Guerra,
del que os contaré algo en la siguiente entrada.
Continúa en a parte VI
Continúa en a parte VI
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