Estación principal de Pilsen
La
primera etapa del viaje es entre Praga y Pilsen, poco más de 100 kilómetros al
oeste. Pilsen es la capital de la región homónima y una de las más importantes
ciudades de la región histórica de Bohemia, junto con Moravia y Silesia, las
que constituyen la República Checa.
El expreso de Múnich en Pilsen
Hay
dos trenes cadenciados cada hora, casi todos climatizados y con coches
modernos, los Rychlik con pocas paradas que invierten 1h25
y los Zapadni Express (Expresos de Occidente) en 1h14, directos
entre las dos ciudades, de los que uno cada dos horas continúa a Ratisbona y Múnich.
Tomo uno de estos internacionales, explotados conjuntamente por la compañía privada
alemana ALEX y la estatal checa CD, con dos coches alemanes y dos checos. Subo
en uno de los alemanes por un aspecto bastante curioso, ya que se trata de un
excelente coche italiano de segunda mano, modelo “Eurofima” que se encargaba en
Italia de los trenes intercity. Convenientemente reformado, sus departamentos
siguen ofreciendo la gran comodidad que recordaba.
Y el coche italiano por fuera y por dentro...
El paisaje es típico del país: vastas y verdes llanuras y también bosque.
Cuesta imaginar que en los años 90 la lluvia ácida y la deforestación hubieran
llegado a ser un serio problema.
Además de apacible capital regional, Pilsen es la sede principal del
constructor de vehículos de todo tipo, Skoda, y capital mundial de la cerveza
con su famosa “Pilsener”. En el centro, en su hermoso centro histórico destaca la
catedral de san Bartolomé y su esbelta torre y, junto a ella, la columna de la
peste, muy típica en Centroeuropa.
Sinagoga de Pilsen
Catedral de san Bartolomé y columna de la Peste
En la misma plaza de la República, el
edificio renacentista del ayuntamiento y muy cerca la sinagoga, creo que una de
las mayores del mundo. También el museo de la cervecería de Pilsen (lástima que
no me guste la cerveza…) y una curiosidad más: el museo Patton, pues el célebre
general estadounidense liberó la ciudad en 1945.
Museo Patton
En lo ferroviario, y como algo bastante típico de estos países, la densa
red tranviaria y la gran variedad de tranvías, antiguos y modernos. Los
preferidos para mí son los Skoda de los años ochenta que pueden verse en muchas
ciudades centroeuropeas, del este y los Balcanes.
Tranvía Skoda
Hay un monumento más de gran importancia en la ciudad y es la estación
principal, imponente edificio estilo Art
Nouveau de principios del siglo XX. Está en la fase final de una gran
reforma en la que ya se aprecia como va recobrando su esplendor original.
Estación de Pilsen
Desde Pilsen, la siguiente etapa me lleva a la capital de Bohemia
meridional, Ceské Budejovice, con el fondo de un paisaje similar al descrito
antes. El tren es un Rychlik, con un
“panaché” de coches de viajeros antiguos y modernos remolcados con brío por una
venerable locomotora eléctrica 242. Me he resistido a la tentación de viajar en
uno antiguo porque necesitaba mesa y enchufe en uno de los modernos, para
escribir estas líneas.
El Rychlik Pilsen-Ceské Budejovice
Estupenda la idea de plasmar ese viaje por el corazón de la Europa central (valga la redundancia), y excelentes dos entradas de alguien que lleva ya muchos tiros daos en esta materia. Buenas fotos y textos jugosos. La ruta puede servir, sin duda, como guía o guión para futuros viajeros. Estaremos atentos a las siguientes etapas...
ReplyDeleteMuchísimas gracias por tus comentarios. HAce muchos años que hago este tipo de viaje pero es la primera vez que me decido a plasmarlo.
ReplyDeleteEspero seguir a la altura de tus expectativas