Thursday, June 6, 2019

Una escapada ferroviaria centroeuropea

Praga, estación principal

Este es el relato de un viaje ferroviario por parte de Centroeuropa. Un viaje cuyo objetivo principal es conocer mejor trenes, líneas y estaciones de los países a visitar y, de paso, alguna ciudad interesante, viajando en tren, fórmula viajera diferente pero no por ello menos atractiva. Dadas estas características del viaje, apenas hablaré de ciudades “obligatorias” como Praga, Viena o Budapest, que en este viaje son sólo etapas.


Si se ve el mapa, es un viaje casi circular que comienza y acaba en Praga. Sigue por la  República Checa al oeste y sur y continúa en Austria por el valle del Danubio –con una limitada incursión en Alemania- norte de Hungría y Eslovaquia, para retornar a la capital checa por el este.   
A pesar de ello dicho sí quiero decir algo de Praga. Si quisiera describir, siquiera aproximar un poco esta increíble ciudad al lector, necesitaría mucho espacio y tiempo. Las maravillas se suceden: el Puente de Carlos, la iglesia de Santa María de Tyn, la plaza de la Ciudad Vieja y el reloj astronómico, el teatro nacional, el callejón del Oro, la torre de la Pólvora, el castillo Hradcany y la catedral de san Vito. Además, al centro histórico se llega fácilmente andando desde la estación principal (Hlavní NadrazÍ) de Praga.

Plaza Wenceslao de Praga. Al fondo el museo nacional. Viajology 

Estando todo cerca, quiero referirme brevemente a lo más cercano, la plaza Wenceslao (Václav) que parece un paseo, a no más de cinco minutos de la estación, lugar de gran valor en la historia mundial contemporánea, por ser epicentro de la frustrada revolución de 1968. El 68 de verdad, en el que los checos luchaban, y también morían, por la libertad, ante los tanques soviéticos y la indiferencia de la Europa del otro lado del telón, ensimismada con el mitificado mayo del 68 de algunos niñatos y otros más veteranos, ambos desocupados y vanidosos.

Praga, estación principal, lado vías

Aunque trataré de las estaciones de Praga en otra entrada, mencionar brevemente la bella estación principal, originalmente estación de Francisco José -emperador austrohúngaro- desde 1871 y también “Wilson” (por el presidente estadounidense) unos pocos años después de acabar la segunda guerra mundial. Toda es de gran interés, pero lo mejor es la galería Art Nouveau del arquitecto Josef Fanta.

 Galería de J. Fanta

Respecto a los trenes y simplificando mucho, decir que en la República Checa el ferrocarril es útil, barato y omnipresente, no en vano la densidad de líneas es la mayor de Europa –seguramente también del mundo- En los últimos años se percibe el gran esfuerzo de modernización en líneas, trenes y estaciones, con lo que el tren es un medio eficiente para moverse por el país.

Un RailJet Checo-austriaco 

Desde un punto de vista sentimental, es una delicia: algunos fósiles ferroviarios, bastantes trenes con ventanillas practicables y departamentos, muchos trenes con coches remolcados por locomotoras, gran variedad de vehículos de todos los tipos; coches restaurante, trenes internacionales, varios operadores privados de viajeros y mercancías además de la estatal Ceske Drahy (CD)… y también personal ferroviario difícil de ver en España: factores de circulación, enganchadores…


Coche antiguo de 1ª


Plato típico checo en coche restaurante CD. No recuerdo el nombre pero es una especie de estofado con salsa y un tipo de pan esponjoso (Knedliky creo que se llama el pan)



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