Praga, estación principal
Este es el relato de un viaje ferroviario por parte de Centroeuropa. Un
viaje cuyo objetivo principal es conocer mejor trenes, líneas y estaciones de
los países a visitar y, de paso, alguna ciudad interesante, viajando en tren, fórmula
viajera diferente pero no por ello menos atractiva. Dadas estas características
del viaje, apenas hablaré de ciudades “obligatorias” como Praga, Viena o
Budapest, que en este viaje son sólo etapas.
Si se ve el mapa, es un viaje casi circular que comienza y acaba en
Praga. Sigue por la República Checa al
oeste y sur y continúa en Austria por el valle del Danubio –con una limitada
incursión en Alemania- norte de Hungría y Eslovaquia, para retornar a la capital
checa por el este.
A pesar de ello dicho sí quiero decir algo de Praga. Si quisiera
describir, siquiera aproximar un poco esta increíble ciudad al lector,
necesitaría mucho espacio y tiempo. Las maravillas se suceden: el Puente de Carlos,
la iglesia de Santa María de Tyn, la plaza de la Ciudad Vieja y el reloj
astronómico, el teatro nacional, el callejón del Oro, la torre de la Pólvora,
el castillo Hradcany y la catedral de san Vito. Además, al centro histórico se
llega fácilmente andando desde la estación principal (Hlavní NadrazÍ) de Praga.
Plaza Wenceslao de Praga. Al fondo el museo nacional. Viajology
Estando todo cerca, quiero referirme brevemente a lo más cercano, la
plaza Wenceslao (Václav) que parece un paseo, a no más de cinco minutos de la
estación, lugar de gran valor en la historia mundial contemporánea, por ser epicentro
de la frustrada revolución de 1968. El 68 de verdad, en el que los checos
luchaban, y también morían, por la libertad, ante los tanques soviéticos y la
indiferencia de la Europa del otro lado del telón, ensimismada con el
mitificado mayo del 68 de algunos niñatos y otros más veteranos, ambos desocupados
y vanidosos.
Praga, estación principal, lado vías
Aunque trataré de las estaciones de Praga en otra entrada, mencionar
brevemente la bella estación principal, originalmente estación de Francisco
José -emperador austrohúngaro- desde 1871 y también “Wilson” (por el presidente
estadounidense) unos pocos años después de acabar la segunda guerra mundial. Toda
es de gran interés, pero lo mejor es la galería Art Nouveau del arquitecto Josef
Fanta.
Galería de J. Fanta
Respecto a los trenes y simplificando mucho, decir que en la República
Checa el ferrocarril es útil, barato y omnipresente, no en vano la densidad de
líneas es la mayor de Europa –seguramente también del mundo- En los últimos
años se percibe el gran esfuerzo de modernización en líneas, trenes y estaciones,
con lo que el tren es un medio eficiente para moverse por el país.
Un RailJet Checo-austriaco
Desde un punto de vista sentimental, es una delicia: algunos fósiles
ferroviarios, bastantes trenes con ventanillas practicables y departamentos,
muchos trenes con coches remolcados por locomotoras, gran variedad de vehículos
de todos los tipos; coches restaurante, trenes internacionales, varios
operadores privados de viajeros y mercancías además de la estatal Ceske Drahy
(CD)… y también personal ferroviario difícil de ver en España: factores de
circulación, enganchadores…
Coche antiguo de 1ª
No comments:
Post a Comment