Wednesday, June 12, 2019

Escapada ferroviaria centroeuropea. Olomouc y Pardudice (VI)


Plaza principal de Pardubice con la "Torre Verde" dominándola
Antes de continuar viaje a Pardubice no quería perder la oportunidad de visitar un lugar de gran interés para mí. Muchos lectores saben mi vocación por la antigua Yugoslavia y los que no, lo entenderán si repasan mi la presentación del blog, esta entrada sobre Montenegro y, sobre todo, esta modesta historia.
En Olomouc se halla el mausoleo neoclásico de los soldados yugoslavos caídos en la Gran Guerra, promovido por la liga para la amistad de checos y yugoslavos, poco después de 1918 a partir de un osario. Hay que recordar que tras la I guerra mundial nacieron Checoslovaquia y el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, germen de Yugoslavia, como países que participaron del bando vencedor y ambos eslavos, con ese componente de ancestral solidaridad paneslavista.


Mausoleo en obras. 10 de junio de 2019. La inscripción dice: "Lealtad por lealtad" (en checo) y "Amor por amor" (en serbo-croata) 

Pero la historia da muchas vueltas y a finales de 1992 Checoslovaquia se dividió pacíficamente en dos países, la República Checa y Eslovaquia y, lo más importante y trágico es que Yugoslavia se rompió en 1991 con una violencia extraordinaria.
El mausoleo quedó en una situación peculiar ya que era propiedad de Yugoslavia, nación inexistente. El tiempo y el vandalismo lo degradaron gravemente pero no había propietario que actuara. Durante años se han buscado opciones con Eslovenia, la República Checa y la Unión Europea, sin éxito, mientras la degradación proseguía.


Mausoleo hace pocos años. Foto: Jan Jenista

Antes de este viaje creía que era un asunto irresoluble pero, modesto final feliz, he visto con satisfacción que el mausoleo está en obras y que este mismo año recobrará un aspecto digno, parece que gracias al gobierno checo.
Tras esta pequeña historia sigo al oeste hasta Pardubice, capital de la región homónima y ciudad industrial, venida a menos en cuanto a actividad fabril pero de gran interés monumental. Dominada por el castillo, cuenta también con una magnífica plaza principal, con el ayuntamiento, la columna barroca y otros edificios civiles, todo ello enmarcado por la imponente “Torre verde” similar a alguna de las torres de Praga.


 La "Torre Verde", entrada a la plaza principal en la que se encuentra el bello edificio del ayuntamiento y la columna (abajo)

Y una historia más de esta ciudad: en la estación se encuentra la escultura de Jan Perner, de quien apenas sabía que era un personaje relacionado con los ferrocarriles y lo sabía porque desde hace mucho tiempo existe un tren expreso (también Intercity o Eurocity) Praga-Zilina (O Bohumín) bautizado con ese nombre.

Foto: Grzegorz Wasowicz

Al ver la escultura leí la placa con la escueta información de que era un ingeniero de ferrocarriles que murió en Pardubice en 1845 con sólo 30 años. Esta información me intrigó y me llevó a buscar algo más del personaje y así he sabido que era un brillante ingeniero que participó en el diseño y construcción de estaciones y de la embrionaria red ferroviaria original en territorio checo, entonces en el imperio Austro-Húngaro.


La estatua de Jan Perner a la entrada de la estación

Pero, ¿por qué murió tan joven? Fue un accidente laboral algo sorprendente. Viajando en tren con la cabeza fuera de la ventanilla golpeó con alguna señal o poste y, quedando malherido, falleció a los pocos días.
¿Quién no ha pensado al sacar la cabeza por la ventanilla alguna vez que podría pasar algo así?  Muchos recordamos chapas en los trenes que avisaban, y aun avisan, precisamente de ese peligro: “es peligroso asomarse por la ventanilla”. Está claro que esos carteles avisan de un peligro real pero asomarse por la ventanilla es una tentación demasiado grande. La moraleja es que si uno se asoma debe extremar las precauciones.

Chapa admonitoria e incluso título de una obra de Jardiel Poncela

Y así acaba esta crónica viajera, en la que he intentado transmitir mis impresiones al otro lado de la ventanilla, si podía, asomándome literalmente, si no, de forma figurada, mirando más allá del tren que me ha llevado de una parte a otra en esta parte de Europa querida y admirada.


Tuesday, June 11, 2019

Escapada ferroviaria centroeuropea. De Eslovaquia a la República Checa (V)

Catedral de santa Isabel. Kosice

Viene de la parte IV

Tras un corto viaje entre Miskolc y Kosice, comienzo en esta ciudad del este de Eslovaquia una pequeña travesía que me llevará en algunas horas al extremo occidental del país y a Olomuc en la parte este de la República Checa, con escalas voluntarias en Poprad-Tatry y Zilina. 


De nuevo el mapa de la escapada para una mejor comprensión

Teatro de Kosice

Kosice (léase Kósiche) es una ciudad antigua y distinguida y ahora la segunda de Eslovaquia tras la capital, Bratislava. Kassa en húngaro y Kaschau en alemán son los nombres de la ciudad que pueden escucharse y leerse más frecuentemente que en otros países. Este hecho ya revela parte de su carácter de ciudad muy internacional y encrucijada histórica. Como es frecuente en aquella parte de Europa, sobre todo en la primera mitad del siglo XX las fronteras cambiaron con frecuencia y muchas personas nacieron en un país que después dejó de existir o que pasó a ser de otro o, personas de una nacionalidad que pasaron a ser apátridas en lo que fue su patria. 

Estación de Kosice y el omnipresente tranvía

Un caso entre muchos es el de Sándor Márai, gran escritor húngaro, nacido en Kosice en el periodo de entreguerras mundiales. No me resisto tampoco a recomendar un extraordinario libro, imprescindible para entender que ocurrió tras la segunda guerra mundial, en cuanto al movimiento de fronteras y personas con verdaderos tragedias e injusticias, muy poco conocidas e incluso ocultadas. Es Tierras de sangre de Timothy Snyder.

Catedral de santa Isabel. Kosice

De vuelta a Kosice, aunque su anodina estación no anuncia nada extraordinario, no hay que dejarse engañar por la primera impresión pues ya en el corto camino al centro histórico se sucede una ciudad muy interesante que culmina en su extraordinaria plaza principal , más bien una avenida de forma curiosa. Normalmente los monumentos en las plazas ocupan su lugar en la periferia y en los extremos pero no es así en Kosice, en donde, entre otros monumentos menores, la posición central la ocupan, el teatro, la torre y, sobre todo, la hermosa catedral gótica de santa Isabel, que recuerda a la de san Esteban en Viena y otras alemanas.

El rápido de Bratislava en Kosice

Tras la visita urbana y artística tomo el tren que me llevará a la República Checa pero deteniéndome primero en Poprad-Tatry, más que por la ciudad, que no llego a visitar como por ser el punto de partida hacia los montes Tatra, a menos de 20 kilómetros al norte, en la frontera con Polonia. 

Montes Tatra desde Poprad-Tatry

En esta estación, además de los trenes de la línea principal de Kosice a Bratislava y República Checa salen otros dos ramales, uno de vía estrecha y otro de ancha a distintos lugares de los Tatra. Viendo estos trenes propios de excitantes aventuras ferroviarias y la belleza extraordinaria de la cordillera maldigo no poder llegar hasta la montaña y me emplazo firmemente a hacerlo no tardando mucho.

El tren de vía estrecha a los montes Tatra. Estación de Poprad-Tatry

Esta misión de reconocimiento en Poprad-Tatry continúa hasta la siguiente escala, Zilina, una ciudad que recuerda a nuestra Miranda de Ebro, por ser un importante nudo ferroviario. Poprad Tatry es la puerta entrada montes a los Tatra que son, en realidad las estribaciones más septentrionales de los Cárpatos. A su vez los Tatra tienen dos partes, oriental y occidental, siempre marcando al norte la frontera polaco-eslovaca. Además, aunque no pertenecen a la misma cadena, al sur se hallan los Bajos Tatra. Así, la por fuerza escarpada y sinuosa línea ferroviaria discurre entre las dos formaciones montañosas, rodeada de pastos muy verdes y, sobre todo, de bosques frondosos, en varias zonas que son parques nacionales.

Montes Tatra desde el tren camino de Zilina

Con tales características no puede sorprender que esta línea se pueda incluir en las de primera categoría europea.
Por si fuera poco los trenes “Rychlik” (rápido) e intercity que tomo, cuentan con coche restaurante. Comer en coche restaurante es una gran experiencia, incluso para los que tenemos la suerte de haberlo hecha bastantes veces. 


 El coche restaurante eslovaco en Kosice

Se podría decir que no tiene precio, pero en realidad, en muchos sitios, concretamente en países como Eslovaquia sí tiene precio, un precio muy reducido, no sólo por la comida en si, sino por comer en el tren y, más aún, con los montes Tatra de acompañantes. El precio no es reducido figuradamente sino realmente bajo pues comí por unos 11€, una especie de plato combinado: estofado de ternera (estilo goulash húngaro) con salsa, “Knedliki” (rebanadas de pan tierno con la salsa), ya citadas en una entrada anterior, típicas de la República Checa y de Eslovaquia, con canónigos, té helado y una porción de tarta de miel.

 Mi menú en el coche restaurante 

Llegado a Zilina, unos poco minutos de trasiego entre vías y trenes para tomar otro tren, checo a Olomuc que circula por la tercera región histórica checa, Silesia y su capital Ostrava. En el paso por la región aún se aprecia perfectamente se carácter minero e industrial, aun muy disminuido.

Estación de Zilina

Olomouc, capital de la región homónima, cuenta con un magnífico centro histórico, muy agradable para pasear y admirarse  ante la nueva catedral neogótica –siglo XX- de san Wenceslao y, muy especialmente ante la plaza de la república, en la que se encuentra el monumental ayuntamiento y otros edificios civiles, en una estructura que recuerda a la ciudades belgas y francesas del norte. En la misma plaza se encuentra también un monumento religioso de importancia: la columna de la Santísima Trinidad, un tipo de monumento frecuente en esas tierras pero de gran valor en Olomouc, no en vano está declarado patrimonio de la humanidad.

Plaza de la República y la columna de la Santísima Trinidad en Olomouc

Y aún me falta un monumento no especialmente valioso en lo arquitectónico y artístico pero que me parece muy oportuno para reflexionar sobre Europa y su historia contemporánea: el mausoleo de los soldados yugoslavos caídos en la Gran Guerra, del que os contaré algo en la siguiente entrada.

Continúa en a parte VI


Monday, June 10, 2019

Escapada ferroviaria centroeuropea. De Budapest a Miskolc (IV)


Estación de Nyugati
En esta crónica Budapest se encuentra en una categoría similar a Viena y Praga: ciudad imprescindible que hay que conocer cuanto antes, pero en este viaje le he podido dedicar un poco más de tiempo y por eso voy a hablar un poco más de ella. No de los lugares más conocidos y obligados: puente de las Cadenas, ópera, parlamento, Buda y el Bastión de los Pescadores, el “Memorial de los zapatos” san Esteban, la ciudadela o, en general, la ribera del Danubio.


Avenida Andrassy. Al fondo plaza de los Héroes

Sí hablaré de un bulevar que, aunque conocido, quizá no es ponderado en todo su valor. Es la avenida Andrassy que culmina en la plaza de los Héroes, en donde se halla el impresionante “Memorial” y otros edificios singulares de la capital húngara. En esta gran plaza, entre otras grandes concentraciones, es de destacar la multitudinaria de 1989, año de la caída del muro de Berlín. 

plaza de los Héroes. Turismo Budapest

Como en cualquier gran capital nacional al otro lado del telón de acero, hubo grandes concentraciones en demanda de la libertad arrebatada. Hungría, de hecho, fue el primer país en poner en práctica las primeras reformas genuinamente democráticas desde mediados de los ochenta, siguiendo la estela de aquella revolución de 1956, que termino en un baño de sangre y la ejecución de Imre Nagy, recordado especialmente en aquella manifestación del 89.
La avenida Andrassy es un lugar especial en un doble sentido, en superficie con sus edificios decimonónicos, sus árboles y su magnífica perspectiva y, subterránea. Siguiendo casi exactamente el curso de la avenida circula la línea 1 del metro de Budapest, abierta a finales del siglo XIX, siendo, tras Londres, la segunda del mundo. Recorrer la línea es una delicia pasearse por sus estaciones que conservan la estética decimonónica: delicadas columnas metálicas, bellos azulejos, taquillas (¡con personal!) y sus cortos andenes adaptados para los pequeños trenes que circulan por la línea. Ambas partes de la avenida, la urbana y la línea de metro fueron declaradas patrimonio de la humanidad a principios del milenio.

 Estaciones y trenes de la línea 1

De nuevo en la superficie de la avenida quisiera llamar la atención de dos lugares, uno, la embajada española, a 50 metros de la avenida, en donde desde no hace mucho tiempo se reparó la injusticia de ignorar a un héroe como el zaragozano Ángel Sanz Briz que, siendo embajador de España en Budapest en el terrible final de la segunda guerra mundial, hizo lo posible y lo imposible, por medios legales e ilegales, para salvar miles de vidas judías[i].

Placa en la fachada de la embajada española

En la avenida también se encuentra el museo memorial “Haza, casa del terror”, dedicado a la denuncia de los crímenes del totalitarismo nazi –y en Hungría sus epígonos de la Cruz Flechada, entre 1943 y 1945- y del soviético desde 1945 hasta 1956. Curiosamente, una parte de esta casa en el 60 de la avenida, bautizada como “Casa de la lealtad” por los filonazis de la cruz flechada para internar, torturar y asesinar y, desde 1945 la nueva policía política húngara, el temible AVO, que destinó la casa entera a similares acciones. El memorial, implacable, denuncia el anverso y el reverso de una misma moneda totalitaria de forma sobrecogedora.

Exterior e interior de "Haza"

En lo ferroviario, insistir en la belleza y monumentalidad de las principales estaciones de la capital: Keleti y Nyugati, ya tratadas en este blog y, recomendar la visita al museo húngaro del ferrocarril, en la capital, con una interesante y variada colección de vehículos en valiosas instalaciones ferroviarias.  

 Estación de Kéleti arriba y Nyugati abajo 

 Una "Baltic " húngara: locomotora de velocidad de los años 30.
Abajo un moderno automotor "Arpad" también en los años 30. El fabricante Ganz era un prestigioso fabricante y en España también se compraron sus automotores, muy similares a este

Tras Budapest, antes de llegar a Eslovaquia, una breve visita a otra de las más importantes ciudades húngaras, Miskolc, al este del país, cerca de Ucrania y junto a Eslovaquia. Es una apacible ciudad con una bella estación y un interesante centro histórico articulado a partir de su avenida principal, con el tipo de edificios que denotan su pasado austro-húngaro.

 Intercity "Tulipán" Budapest-Miskolc en Hatvan

Estación de Miskolc

Miskolc


Continúa en la parte V



[i] Resulta imprescindible la lectura del libro En nombre de Franco: Los héroes de la embajada de España en el Budapest nazi, de Arcadi Espada para quien quiera saber quien era, y que hizo Ángel Sanz.



Saturday, June 8, 2019

Escapada ferroviaria centroeuropea. De Passau a Viena y Györ (III)


El Danubio en Passau


Estando tan cerca Alemania era muy tentador conocer por fin una ciudad que por distintas razones se me resistía: Passau, en la frontera bávara con Austria, “Die Dreiflüsse Stadt” (la ciudad de los tres ríos): el Inn, muy verde, que viene de los Alpes austriacos y el Ilz, de color muy oscuro, negro a la vista, desde la propia Baviera. Ambos desembocan en el Danubio azul (verde azulado mejor) en Passau.

 En estas imágenes de turismo Passau se ve mejor la confluencia de ríos. Arriba, a la izquierda el Ilz desembocando en el Danubio y a la derecha el Inn llegando a su fin. En primer plano el Danubio. Abajo, izquierda el Inn, derecha el Danubio y el más pequeño a la derecha el Ilz.

En un tren regional austriaco voy desde Linz a Passau, a donde se llega tras cruzar el puente del ferrocarril, frontera germano-austriaca, que cruza el Inn a menos de un kilómetro de Passau, pequeña ciudad que responde al tipo de ciudad alemana, ordenada y pulcra.

El regional express Linz-Passau en Linz

Como ya escribí en entradas anteriores, no puedo apenas detenerme en Viena. Sólo decirle a quien no conozca esta extraordinaria ciudad que lo remedie lo antes posible.
Por mera proximidad a la estación, están muy cerca, recomendaré un par de lugares, uno, conocido por cualquiera que haya visitado o planee visitar Viena: el palacio Belvedere y, mucho menos famoso, el llamado “Arsenal” por los vieneses: el museo militar de Austria, mucho más que armas, un paseo por la historia con piezas históricas como las armas, uniformes y el propio coche del archiduque Francisco Fernando cuando fue asesinado en 1914 en Sarajevo.

EL coche del archiduque en Viena

La nueva estación principal (Hauptbahhof, HBF) es un moderno edificio abierto en 2015 y a mi juicio, una de las más interesantes nuevas grandes estaciones europeas. Se encuentra enclavada en lo que antes era la estación del sur, una estación fascinante, “ferroviaria” como pocas, que funcionó a pleno rendimiento hasta 2006, cuando comenzó su transformación. 

 Viena HBF

Tren Railjet en HBF

Hasta entonces era una estación “bífida”, con un gran vestíbulo y dos haces de vías y andenes, una el lado sur, Sud Seite y otra el lado este, Ost Seite cada una con sus trenes, teniendo en cuenta que entonces había muchos más trenes y destinos internacionales que hoy en día y que Viena era probablemente la más importante puerta ferroviaria de Europa.

Estación sur en 2011

Además de otras muchas estaciones (Meidling, Franz Josef, Praterstern, Mitte…) junto a la estación del sur, la más importante era la del oeste (West Bahnhof), que ha quedado en secundaria con la apertura de la gran terminal principal.

Estación del oeste

Tras un corto pero denso paréntesis trenero tomo un rápido con destino Budapest, hasta Györ, a mitad de camino a ambas capitales imperiales. El tren tiene un nombre evocador, “Léhar”. Evocador en si mismo y para mí en particular. ya que durante muchos años el mejor y más rápido tren de Viena a Budapest era el Eurocity “Léhar” en el que viajé por primera vez a Budapest en 1993.

El Léhar en Györ

Györ, una de las principales ciudades de Hungría es una muy antigua ciudad fundada por los celtas. Romanizada fue Arrabona, nombre que perdura de muchas maneras. A primera vista parece una ciudad anodina pero si uno se interna en la parte central se encuentra una agradable ciudad que recuerda a cada paso su pasado austro-húngaro, su ancho río, el Raba, además de imponentes edificios como el del ayuntamiento que, en estilo “revival”, retoma el barroco como referencia. Una agradable sorpresa.

 Edificios de Györ. Abajo el ayuntamiento

Para acabar por hoy, el Léhar ha llegado a la estación de Kéleti de la que, junto a las de Nyugati y Déli, ya se habló en la primera entrada del blog

Estación de Kéleti

Siempre es un Imponente recibimiento llegar a semejante estación y, aún más, porque el coche de 1ª del Léhar era uno de los fabricados por CAF Zaragoza a principios de los años 90.   


 Estado actual de un coche "zaragozano" y abajo la placa del fabricante en los peldaños de acceso


Continúa en la parte IV